La Bombonera llena, Bianchi, Riquelme (por ahora desde
las tribunas)... y la Libertadores. El sueño de Boca tenía todos los
condimentos para empezar a cocinarse a fuego lento, para empezar a aplicar esa
receta copera tan conocida por el Virrey. Sin embargo, se quemaron los papeles:
el Toluca sorprendió y le ganó al Xeneize 2-1 en su casa en el debut por el
grupo 1.
Y eso que Boca tuvo un primer tiempo con
algo de la estirpe de los grandes equipos bianchistas. Con un Somoza patrón del
mediocampo, un Acosta punzante por la banda derecha, posición en la que lo
prefiere Bianchi, y un conjunto plantado en campo rival. Justamente al Laucha
le cometieron el penal que Silva transformó en gol, ese gol que alegraba e
ilusionaba a la Bombonera. Pero el equipo argentino tenía un déficit: por
momentos se le escapaba el ritmo del partido.
Y se le escapó totalmente en la segunda
parte. Sinha, el experimentado volante de los mexicanos, se hizo cargo de los
hilos vacantes del partido. El Toluca comenzó a crecer y avisó con un penal que
atajó Orion. Boca no acusó recibo: siguió durmiendo y dos cachetazos lo
sacudieron fuerte, con los tantos de Esquivel y Benítez. ¿Reacción? Esta vez no
hubo heroísmo como contra Quilmes: apático, el Xeneize no supo seguir
batallando y fue entregándose casi sin llegar al arco rival, salvo un remate
tremendo de Viatri que se estrelló en el poste.
Luego de una previa y un primer tiempo a
la altura del sueño copero, Boca se cayó ante un equipo que se creía más débil.
Tendrá que salir a ganar puntos afuera, a jugarse la piel de visitante. Bianchi
tiene experiencia y a un Riquelme que, por ahora, espera desde la tribuna. ¿Alcanzará
para volver a prender la ilusión?
Fuente: Diario Óle
Fuente: Diario Óle
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